En la búsqueda de un estilo de vida más saludable y pleno, a menudo nos encontramos con el desafío de nutrir nuestro cuerpo de manera óptima.
1. Omega 3: EPA y DHA
El Omega 3, específicamente los ácidos eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA). Estos componentes son fundamentales para mantener la salud cardiovascular, reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas y mejorando la circulación sanguínea. Además, el EPA y el DHA son cruciales para el desarrollo y la función cerebral, ofreciendo un soporte incomparable para la memoria y la cognición.
2. Ácido Docosapentaenoico (ADP)
El ADP, aunque menos conocido, juega un papel vital en la protección contra la inflamación y en la promoción de una respuesta saludable del sistema inmunológico.
3. Vitamina A y Vitamina E (Alfa y Beta-tocoferol)
La Vitamina A es esencial para mantener una vista aguda, una piel radiante y un sistema inmunológico robusto. Por otro lado, la Vitamina E, en sus formas alfa y beta-tocoferol, ofrece una potente protección antioxidante, combatiendo el daño de los radicales libres y apoyando la salud de la piel y los ojos. Juntas, estas vitaminas forman un escudo protector contra el envejecimiento prematuro y las enfermedades.
4. Vitamina B6 (Piridoxina)
La piridoxina es crucial para el metabolismo energético, la producción de neurotransmisores y la regulación del estado de ánimo.